El entrenador de la Selección de Chile, Ricardo Gareca, ha sorprendido al incluir en la prelista a Luciano Cabral, jugador que actualmente se encuentra en libertad provisional. Esta decisión ha generado controversia, ya que en 2019 Cabral fue condenado a 10 años de cárcel por su implicación en un homicidio ocurrido en Mendoza. A pesar de su pasado legal, Cabral ha demostrado un buen comportamiento y ha obtenido la libertad condicional, lo que le permite jugar con el equipo de Coquimbo.
La inclusión de Luciano Cabral en la prelista de la Selección de Chile plantea interrogantes sobre la ética y la responsabilidad social en el deporte. Aunque su talento futbolístico es innegable, su pasado judicial plantea desafíos éticos y morales para el equipo nacional y su cuerpo técnico. La situación de Cabral destaca la complejidad de separar el rendimiento deportivo del comportamiento fuera del campo.
La participación de Luciano Cabral en los próximos amistosos de la Selección de Chile depende del visto bueno de la justicia, ya que su libertad condicional está sujeta a ciertas condiciones. Esta situación añade una capa adicional de incertidumbre sobre su participación en el equipo nacional, lo que genera debate entre los seguidores del fútbol chileno sobre los límites entre la redención personal y las responsabilidades éticas en el deporte de alto rendimiento.