Tres días antes todo era felicidad y optimismo. La victoria en San Pedro Sula fue histórica, los goles llegaron y las posibilidades para seguir en la lucha eran remotas en la Octogonal. Sin embargo, había que ratificarlo y ante el rival más complicado, Canadá. Y la lógica se cumplió, se perdió contra la mejor selección y con marcador de 0-2 en el Cuscatlán.

El Salvador ha quedado al borde de la eliminación, mientras que los canadienses ya se sienten en Catar 2022. Quedan tres partidos más en marzo y hay que salir dos veces (Jamaica y México) y disputar uno más en el Cuscatlán (Costa Rica). Por orgullo habrá que luchar.

Este día fue difícil en todo aspecto, un conflicto interno en la Selecta que tuvo que abordar de emergencia la Fesfut. Y minutos antes del partido, el portero Mario González se cayó del once titular por una molestia muscular.

En la grada, los aficionados presentes cumplieron al brindar apoyo moral al grupo de jugadores y al técnico Hugo Pérez. Había confianza y los comentarios eran de que se tendría un buen resultado ante Canadá, según el color que logró Chambita Monge con sus enviados especiales.

El himno nacional se cantó a todo pulmón, la afición se metió de lleno pero el primer tiempo no fue la mejor versión del equipo nacional que no lograba entrar con claridad. Parecía más que Canadá merecía al menos un gol pero se fueron al descanso 0-0.

El segundo tiempo fue al todo o nada, se tuvo que correr riesgos y al final se pagó caro. Canadá encontró dos goles cuando más se intentó en la cancha. El capitán Atiba Hutchinson encontró un rebote en el borde del área chica y marcó a los 65 minutos.

La escuedra salvadoreña se volcó aunque por momentos con desesperación y sin ideas pero pudo igualarlo al 90’+2 con un remate de media distancia de Marvin Monterrosa que pasó cerca del travesaño.

Y cuando quedaban dos minutos de tiempo agregado, Enrico Dueñas sacó de manos en busca de Monterrosa, quien fue madrugado por Jonathan David, quien no solo lo anticipó en los linderos del mediocampo, sino que lo dejó en velocidad, encarando a Carabantes, quien nada pudo hacer para cortar un cruce de balón que se anidó al fondo de la red.

Era el final. Un segundo gol que deja a la Selecta de rodillas, triste por no sumar en casa y con una realidad que cuesta digerir, saber que Catar está reservada para otros y no para este país que sigue viendo un Mundial como un recuerdo que no se vuelve a repetir desde 1982. Los jugadores se quedaron varios segundos con las manos en la cintura, viendo hacia las gradas como queriendo disculparse pero sin olvidar el espíritu de deportivos no de ir a estrechar la mano de los canadienses que por méritos sí estarán en Catar.

 

 

 

 

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