El 7 de marzo de 1992 el Camp Nou lució un mosaico para recibir al equipo en el Clásico ante el Real Madrid. Y es que 17.000 aficionados culés desplegaron un espectacular mosaico en la localidad Gol Nord: bajo un fondo con los colores azulgranas, se podía leer la palabra Barça. Aquel fue el primero de los 77 mosaicos que el barcelonismo ha utilizado para animar al equipo en los últimos 30 años. Especialmente en el Estadio, pero también fuera. El último se pudo ver, también en el Clásico, el pasado 24 de octubre, con la palabra ‘Culers’.
la afición culé ha sido clave para la realización de los mosaicos. En el Estadio, las cartulinas se han levantado siempre automáticamente con las primeras notas del himno del Barça y cuando el equipo ha hecho gol. Los socios y aficionados han participado activamente y la imagen de los mosaicos ha estado asociada a los grandes partidos de fútbol en el Camp Nou y en las grandes finales. De hecho, ha habido mosaicos culés en las cinco finales de la Champions que el equipo ha disputado desde 1992.